Poner algo sobre la mesa.
Hola!
Soy Andrés, hace un par de meses cumplí 26 años, y la verdad es que desde hace dos años, no he podido dejar de mirar las obras minimalistas de Agnes Martin. Parecen una tontería, algo ridículo, como si fuera una mofa, podría considerarse un delito, pero me encanta, es algo obsesivo, constante, apasionado, me fascina. Agnes es una artista considerada tradicionalmente espiritual del expresionismo abstracto. Su serigrafía de 1973 de 30 x 30 cm, es lo que realmente me hizo cambiar mucho el pensamiento, digamos que fue una expansión, algo totalmente fuera de lo común. Y repito, es una auténtica tontería, pero después de eso, aunque ya sentía cierta atracción hacia el minimalismo más radical, creo que esto es otra cosa. No se trata de explicar lo que quieres hacer o transmitir, sino, que es un concepto que se debe sentir, no es como «esto es así porque es la historia de un libro que leí, en el día 5.000 antes de cristo y es un reflejo…» No. No va de eso. Va de tener algo más que simplemente se entiende desde su esencia más pura, y no necesitas todo el relleno de más, solo lo esencial.
«On a Clear Day», es una simplificación de las cosas más sutiles, como la búsqueda de la perfección en la simplificación más estricta posible, al principio esto me recordaba a los días en blanco del calendario, como si fueran días libres para hacer lo que te da la gana. Surge una relación entre el orden y el caos, parece que hay un esfuerzo o intención en contener a través de la precisión todo ese caos que solemos tener en nuestro entorno. El vacío y su significado, al estar en blanco, transmite que hay un espacio sin retenciones, solo calma; esto era algo que ella buscaba en su máxima esencia.
Ese minimalismo, se está convirtiendo en mi modo de vida, al menos de lunes a viernes, el fin de semana es otra historia.
«On a Clear Day» 1973. Agnes Martin.